Reflexión...
En mis andanzas por las calles de la ciudad, uno de los medio más utilizado es el Transporte Público Metro de la Ciudad de México, para los capitalinos es normal lidiar con la lentitud del servicio y conglomeración de individuos, así como la venta de mercancías (entre dulces, cd´s de música, accesorios personales, juguetes, accesorios para móviles, alimentos y otros), en el interior de los vagones y pasillos del metro.Recuerdo que hace algunos años se llevo un un programa piloto para fomentar la lectura en el metro de la línea 3 de la estación que recorre de la estación Indios verdes a Universidad, el proyecto lamentablemente fracaso.
Hace unas semanas encontré una persona mayor en los pasillos del metro, fomentando la lectura y regalando hojas, con el siguiente artículo "El Porque de la Lectura", observando su gran entusiasmo en sus palabras, y solicitando el apoyo a los trausentes en la compra de separadores de libros como un apoyo económico.
Reflexionando sobre el artículo "El porque de la lectura" escrito por Alejandro de la Garza en el espacio Conjurados, he querido transcribir el artículo, para que los presentes lectores puedan reflexionar sobre este tema.
El por qué de la lectura.
En pleno siglo XXI en un mudo manipulado y masificado, conflictivo y en guerras constantes, engañoso, por momentos incomprensible, trágico generalmente y cuya realidad es muchas veces distorsionada a intereses ocultos por ciertos grupos.
La lectura, la literatura, la poesía, representan un espacio cálido y hospitalario, lúcido y con frecuencia más respirable y habitable que la dura realidad en la que vivimos.
La lectura es un vicio clandestino, un hábito excepcional, siempre minoritario, lateral como todos los vicios, porque la verdadera lectura exige una participación intelectual apasionada, y el concurso de una sensibilidad intensa y activa.
Me refiero a la lectura comprometida, interesada, crítica, y gozosa de textos literarios: poesía, ensayo, novela crítica, dramaturgía, etcétera.
Hay quién lee que por ocio, por no tener nada que hacer, por hojear una revista, y matar el tiempo con el dentista. Hay también quién lo hace por distraerse en el transporte, autobús o el metro.
Hay quien lee libros de moda por tener un tema de conversación en la sobremesa o quien lee libros raros o herméticos para asombrar incautos con sus conocimientos.
El hombre común lee por necesidad profesional o por distraerse de sus ocupaciones y su trabajo; las personas que leen por solo el placer de leer buscan ese placer con pasión son excepcionales.
Existe también la lectura como oficio. No conozco- ni creo que exista- ningún escritor cuya labor primordial no sea la lectura precisamente para poder escribir.
Cada cual lee lo que puede leer, lo que su biografía, su historia, su personal desarrollo intelectual le permite leer.
Cada lector es diferente y nadie lee dos veces el mismo libro, pues incluso el re-lector está leyendo otro libro cuando relee.
La historia y la cultura personal, cada cual se haya ganado y construido, determinan qué lee cada quien que alcanza a desentrañar y a comprender de un libro, que se refleja, en que distancia, que lo atrae y lo repele de tal o cual personaje, tal o cual autor.
El libro no es más que que una medida de nuestra capacidad lectora, además de una medida de la capacidad de escritura de su autor, en que intricados mecanismos de la racionalidad y la sensibilidad se encuentran o se identifican?. La magia de la lectura, de la literatura es un magnífico misterio creativo.
Analizando con detalle el fenómeno de la lectura desde su perspectiva biológica, neurológica y cerebral, y de ahí a su potencialidad imaginativo y sensitivo, resulta un proceso sumamente complejo. Al leer tenemos que traducir los signo escritos o impresos para dar sentido a las palabras y luego a las frases como unidades de significado.
Para lograr una buena lectura hace falta interpretar las unidades de significado completas, compuestas por palabras, signos de puntuación, frases, oraciones, párrafos, páginas, capítulos, etcétera.
Este proceso mental contribuye enormemente al desarrollo de las capacidades interiores, a la destreza del intelecto, al impulso de las formas de pensar (que son inteligencia), de las emociones y las formas de sentir, (que son la sensibilidad) y de la imaginación (que es la fantasía humana).
Leer irriga las neuronas, sensibiliza los nervios, estimula el cerebro, ejercita el intelecto y despierta la imaginación.
¡Te invitamos a adquirir el hábito de la lectura!..
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La lectura es un vicio clandestino, un hábito excepcional, siempre minoritario, lateral como todos los vicios, porque la verdadera lectura exige una participación intelectual apasionada, y el concurso de una sensibilidad intensa y activa.
Me refiero a la lectura comprometida, interesada, crítica, y gozosa de textos literarios: poesía, ensayo, novela crítica, dramaturgía, etcétera.
Hay quién lee que por ocio, por no tener nada que hacer, por hojear una revista, y matar el tiempo con el dentista. Hay también quién lo hace por distraerse en el transporte, autobús o el metro.
Hay quien lee libros de moda por tener un tema de conversación en la sobremesa o quien lee libros raros o herméticos para asombrar incautos con sus conocimientos.
El hombre común lee por necesidad profesional o por distraerse de sus ocupaciones y su trabajo; las personas que leen por solo el placer de leer buscan ese placer con pasión son excepcionales.
Existe también la lectura como oficio. No conozco- ni creo que exista- ningún escritor cuya labor primordial no sea la lectura precisamente para poder escribir.
Cada cual lee lo que puede leer, lo que su biografía, su historia, su personal desarrollo intelectual le permite leer.
Cada lector es diferente y nadie lee dos veces el mismo libro, pues incluso el re-lector está leyendo otro libro cuando relee.
La historia y la cultura personal, cada cual se haya ganado y construido, determinan qué lee cada quien que alcanza a desentrañar y a comprender de un libro, que se refleja, en que distancia, que lo atrae y lo repele de tal o cual personaje, tal o cual autor.
El libro no es más que que una medida de nuestra capacidad lectora, además de una medida de la capacidad de escritura de su autor, en que intricados mecanismos de la racionalidad y la sensibilidad se encuentran o se identifican?. La magia de la lectura, de la literatura es un magnífico misterio creativo.
Analizando con detalle el fenómeno de la lectura desde su perspectiva biológica, neurológica y cerebral, y de ahí a su potencialidad imaginativo y sensitivo, resulta un proceso sumamente complejo. Al leer tenemos que traducir los signo escritos o impresos para dar sentido a las palabras y luego a las frases como unidades de significado.
Para lograr una buena lectura hace falta interpretar las unidades de significado completas, compuestas por palabras, signos de puntuación, frases, oraciones, párrafos, páginas, capítulos, etcétera.
Este proceso mental contribuye enormemente al desarrollo de las capacidades interiores, a la destreza del intelecto, al impulso de las formas de pensar (que son inteligencia), de las emociones y las formas de sentir, (que son la sensibilidad) y de la imaginación (que es la fantasía humana).
Leer irriga las neuronas, sensibiliza los nervios, estimula el cerebro, ejercita el intelecto y despierta la imaginación.
Además, el dominio y mejoramiento del proceso de la lectura aumenta la capacidad de aprendizaje del individuo y favorece el desarrollo del lenguaje, lo hace diverso múltiple, multidimensional, capaz de expresar matices e ideas complejas, con habilidad para discernir y manejar gran variedad de recursos expresivos lo que indudablemente fortalece y perfila nuestro ser.
Pero que nadie piense que es sencillo, la lectura es a la vez un proceso arduo y difícil que también exige buena concentración, esfuerzo interpretativo, jerarquización de valores y conceptos, capacidad para la representación y la organización mental, flexibilidad y destreza imaginativa, precisión en el razonamiento, además de disponibilidad de tiempo, gusto por la soledad y la comodidad del aislamiento y principalmente de una voluntad genuina, un deseo legítimo de abordar el terreno de las ideas y las construcciones mentales de donde se deriva la pasión y el placer que entraña su ejercicio.
Cierto que en esta entrega apasionada al vicio de la lectura puede ganar a sus practicantes cierta desaprobación, cierto aislamiento, el que se les vea raros, extraños o introvertidos.
Cierto que en esta entrega apasionada al vicio de la lectura puede ganar a sus practicantes cierta desaprobación, cierto aislamiento, el que se les vea raros, extraños o introvertidos.
Acaso pagarán así un precio por ser ellos mismos, seres auténticos con personalidad propia y vida interior, autonomía intelectual, autosuficiencia emocional, y en resumen mejores seres humanos, gracias a la lectura, ese avance civilizatorio, ese vicio, esa pasión irrefrenable.
¡Te invitamos a adquirir el hábito de la lectura!..
"Por qué leer abre las puertas del conocimiento y da alas a la inspiración e imaginación".
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